17 de enero de 2020
Análisis del Banco Mundial muestra que los usuarios valoran principalmente el aporte ambiental de estos vehículos.
Mejorar la calidad del transporte público y, con ello, disminuir las emisiones contaminantes es una de las prioridades del Gobierno. Por eso, desde se está impulsando la renovación de la flota de buses a través de vehículos de alto estándar y además con energías renovables.
Para aumentar la conciencia sobre el potencial para reducir las emisiones desde el transporte, el Banco Mundial realizó una consultoría, financiada por NDC Support Facility, que analiza la transición de Chile hacia un transporte público sostenible en Santiago, el que presentó hoy la Ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, en el congreso Transforming Transportation en Washington DC.
“Como ministerio estamos impulsando una renovación de flota del trasporte público para mejorar su calidad y disminuir la emisión de contaminantes. Los resultados del análisis del Banco Mundial muestran que la inclusión de los nuevos buses con estándar Red no ha encarecido el sistema, ya que la inversión se amortiza con el ahorro operacional que es de un 66%. Esto demuestra que la transformación de los buses es una alternativa sustentable y que efectivamente genera una reducción de emisiones contaminantes, lo que es muy valorado por los usuarios del transporte público”, señaló la Ministra Gloria Hutt.
Por su parte, Bianca Bianchi, especialista senior en Transporte Urbano del Banco Mundial, dijo que “Chile ha sido pionero en la transición hacia un transporte público 100% eléctrico, desafiando antiguos modelos de negocio y avanzando hacia un cambio sustancial. Los buses eléctricos son una gran alternativa para mejorar la experiencia de viaje de los usuarios y disminuir la contaminación ambiental. Si la transición se realiza responsablemente, asegurando la frecuencia y mejorando la confiabilidad del servicio, esta renovación permitirá atraer más usuarios, reducir el uso del automóvil y generar mayores beneficios medioambientales. Mejorar el transporte público contribuye a la equidad en las ciudades, ya que al mejorar las condiciones de traslado, incrementa significativamente la calidad de vida de las personas y su acceso a oportunidades de desarrollo económico”.
El análisis entregado por el Banco Mundial también contempla el resultado de una encuesta de cinco preguntas a los usuarios del transporte público sobre los aspectos que más valoran de los buses eléctricos. Entre las respuestas destacan la menor contaminación ambiental (83%), el aire acondicionado (72%), la suavidad en el viaje (67%), menor ruido (59%) y comodidad de los asientos (42%).
Por otra parte, los usuarios evaluaron con nota 6,4 a estos vehículos, mientras que a los buses diésel Euro VI con 4,3 y a los del Transantiago con un 3,4. Al ser consultados por aspectos de los vehículos eléctricos, la sustentabilidad ambiental fue evaluada con nota 6,7; la comodidad con un 6,2; el diseño con un 6,2; la seguridad con un 6,0; los espacios interiores con 5,9, al igual que los accesos a los vehículos.
Junto con eso, 95% dice afirma que “el uso del bus eléctrico ha mejorado mi comodidad en el viaje”, mientras que 85% dice estar de acuerdo con el uso de “buses eléctricos pues es una tecnología limpia”, el 78% está de acuerdo con que “todos los buses del transporte público debiesen ser eléctricos” y el 85% está en desacuerdo o muy en desacuerdo con la afirmación “me da lo mismo que el bus sea eléctrico o no, siempre que tenga el mismo equipamiento (asiento, USB, Wifi, aire acondicionado, etc.)”.
Asimismo, 58% de los usuarios prefiere que circulen buses eléctricos por sobre que pasen más buses por hora (menor tiempo de espera) y 70% prefiere que pasen más buses eléctricos a que los buses circulen más rápido (menor tiempo de viaje).
A lo anterior añaden que la adquisición de buses eléctricos no ha significado un aumento de costos para el sistema. La experiencia ha demostrado que tanto los costos de energía como mantenimiento se reducen notablemente con este tipo de vehículos, por lo que se genera un ahorro operacional de un 66%. Este ahorro compensa el mayor costo de inversión que implican estos buses, en un tiempo de entre 10 a 14 años.
Finalmente, agregan que si se considera un escenario a 2030 con un 50% de buses eléctricos y un 50% de Euro VI, se reducen significativamente las emisiones de NOx (90%), HC (90%), CO2 (15%), PM2.5 (70% y PM10 (56%).
El proyecto Buses Ecológicos del Banco Mundial se implementó en cinco ciudades de Latinoamérica: Sao Paulo, Ciudad de México, Buenos Aires, Montevideo y Santiago, todas ellas de países que son miembros de la alianza para las “contribuciones determinadas a nivel nacional” (NDC, por su sigla en inglés), que establece metas nacionales para contribuir a la disminución de emisión de gases contaminantes.
La finalidad del proyecto es identificar los factores que impulsan y dificultan la implementación de tecnologías limpias en el transporte público en América Latina.
Según el Banco Mundial “la capital de Chile es pionera en la adopción de autobuses eléctricos a batería en la región. El replanteamiento de los subsidios al combustible diésel y el aumento del financiamiento verde –esfuerzos que han realizado las autoridades en Santiago- ayudarán a otras ciudades latinoamericanas a ampliar el transporte no contaminante”.