11 de septiembre de 2014
La iniciativa aumenta las sanciones a quienes, manejando bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad, causen lesiones graves, gravísimas o la muerte de una persona y quedó en condiciones de ser promulgada, como Ley, por la Presidenta de la República.
Por unanimidad fue aprobado hoy en último trámite constitucional en la Cámara de Diputados, el proyecto que aumenta las sanciones a los conductores que, manejando en estado de ebriedad o bajo la influencia del alcohol, causen la muerte o lesiones graves y gravísimas a otra persona, fijándolas en 3 años y un día a 10 años. El proyecto es conocido como “Ley Emilia” y fue firmado por la Presidenta Michelle Bachelet en junio pasado, tras recoger las iniciativas parlamentarias existentes.
Durante esta última instancia, al proyecto de ley se le incorporaron indicaciones con sanciones a quienes se fugan o se niegan a practicarse los exámenes correspondientes. Con esta aprobación, la iniciativa quedó en condiciones de ser despachada y promulgada como ley por la Presidenta de la República.
En la oportunidad, el Ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Andrés Gómez-Lobo, afirmó que “el apoyo transversal de Senadores y Diputados ha sido fundamental para lograr la aprobación de este proyecto en un breve plazo. Con esto, estamos contribuyendo a la reducción de fallecidos en accidentes de tránsito, además de entregar las garantías de una justicia efectiva a los familiares de las víctimas, garantizando que quienes provocan la muerte o lesiones graves a otra persona por manejar bajo la influencia del alcohol deban cumplir una pena de cárcel”, enfatizó la autoridad.
La autoridad expresó un agradecimiento especial a la familia de Emilia Silva y de Rayün Cuerpo, ambas menores fallecidas en accidentes de tránsito. “Estas personas se sobrepusieron a su dolor y trabajan incansablemente para reducir el dolor que estos siniestros causan año a año a cientos de familias chilenas. El resultado de la votación de hoy es también gracias a todo su esfuerzo”, señaló Gómez-Lobo.
Por último, el Ministro de Transportes y Telecomunicaciones reiteró la importancia de que esta iniciativa haya sido aprobada en vísperas de Fiestas Patrias, ocasión en la que debemos reiterar el llamado a la ciudadanía, a celebrar con sus familias, pero manteniendo acciones de autocuidado tan simples como que si va a manejar no debe beber alcohol y, si maneja, debe hacerlo respetando la normativa de tránsito y los límites de velocidad establecidos”, concluyó la autoridad.
Cumpliendo uno de los compromisos adquiridos el pasado 21 de mayo, durante el mes de junio del presente año, el Gobierno envío al Congreso Nacional el proyecto de ley que modifica la ley de tránsito en lo que se refiere al delito de manejo en estado de ebriedad, causando lesiones graves gravísimas o con resultado de muerte. Entre sus principales contenidos destacan:
a) El aumento de las penas para el caso que la conducción en estado de ebriedad ocasione lesiones graves, gravísimas o la muerte de terceros (tres años y un día a diez años). En particular, se sanciona con cárcel efectiva de al menos un año a los conductores en estado de ebriedad que generen lesiones graves, gravísimas o muerte.
b) La creación de la figura del delito calificado con penas de 5 años y un días a 10 años en caso de reincidencia, que se trate de un conductor profesional en ejercicio de sus funciones, conducción con licencia cancelada o inhabilitada.
c) El establecimiento de delitos por fuga del lugar del accidente y la negativa a realizarse los exámenes respectivos (alcohotest o alcoholemia).
En este último punto, el proyecto incorpora la penalidad graduada, según el resultado del accidente. En el caso de que se ocasione la muerte o lesiones graves y gravísimas, será de 3 años y un día a 5 años, multa, comiso del vehículo e inhabilidad perpetua para conducir.
La pena por estos delitos es conjunta con la responsabilidad por el delito o cuasidelito que se cometa, con el fin de desincentivar que conductores ebrios evadan las sanciones de esta nueva ley, fugándose o evadiendo los exámenes probatorios.